viernes, 15 de enero de 2016

PELÍCULAS PARA LA PENUMBRA: Entrevista en Tam Tam Press.


Vicente Muñoz: 
"Descubro al cinéfilo joyas olvidadas que merece la pena ver y desempolvar"

Por Camino Sayago/Tam Tam Press

Es su segundo libro sobre cine de culto. Un proyecto aún inconcluso, que Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966), escritor, poeta y editor, piensa culminar, cuando la criba saque a la luz las últimas lascas de transgresión de cine inquietante y olvidado. De momento con “Cult Movies. Películas para la penumbra”, publicado por Excodra Editorial, acota el terreno a la espera de una nueva entrega. Lo presenta el próximo 21 de enero en Elektra Cómics (León).

“Cult Movies. Películas para la penumbra”, rescata 132 cintas de distintos autores y cinematografías. La lista que propone el autor es amplia y reúne cine de género y de autor, de terror, ciencia ficción y serie B. Largometrajes desconocidos y algún que otro clásico. Han hecho falta cuatro años hasta llegar a papel. Desde la joya El hombre de mimbre, de Robin Hardy a la bizarra El hombre anfibio, de Vladimir Chebotaryov y Gennadi Kazansky, los títulos de esta guía para cinéfilos dibuja un ecléctico y lisérgico viaje hacia otros universos muy poco explorados.

– ¿Películas para la penumbra es la secuela de Películas para llevarse al Infierno, tu anterior libro sobre Cult Movies?

– Sí, así es. Digamos que es el segundo volumen de un proyecto más amplio, que no sé exactamente cuántos más llevará. En el primero reseñaba 100 filmes, y 132 en este segundo.

– Las que has incluido en el libro proceden de tu blog, donde durante años te has sumergido en el cine de culto. ¿Cómo surgió la idea de llevar ambos proyectos al papel?

– Todo comenzó hace cosa de ocho años en otro blog que gestiono, Resaca/Hankover (http://hankover.blogspot.com.es/), que abrimos Patxi Iruzun y yo para la promoción del libro del mismo título, un homenaje a Charles Bukowski que coordinamos para Mondadori. Comencé en él a reseñar este tipo de películas y posteriormente seguí la sección, bajo el título de Películas para llevarse al Infierno, en mi blog personal. Mi vida en la penumbra (http://mividaenlapenumbra-vinaliatrippers.blogspot.com.es/). En el año 2011 la editorial Eutelequia me propuso montar un volumen con las reseñas publicadas y de ahí surgió el primer libro, Cult Movies: Películas para llevarse al infierno. Este segundo, Películas para la penumbra, que he tardado cuatro años en terminar, lo publica la editorial Excodra, que se interesó también por el tipo de cine que reseño en mi blog. Aunque montar esas reseñas en formato de libro requiere otro tipo de trabajo a mayores, ampliar y pulir las reseñas, ordenarlas cronológicamente y adaptarlas al espíritu de cada libro en concreto, no son meras transcripciones de las reseñas del blog.

– ¿En base a qué criterios has seleccionado las 123 cintas que lo componen?

– Como punto de partida, películas muy poco conocidas y sobre las que apenas hay información ni reseñas, que por una u otra razón me han impactado y considero que todo cinéfilo debería ver. Ya en el libro anterior dejaba bien claro que no se trataba de un listado de las que yo consideraba las mejores películas de la historia del cine, que requerirían otro libro aparte y sobre las que además hay ya mucha bibliografía, sino de las películas que más me habían impactado y sobre las que aún se ha escrito muy poco.

– Imagino que has reunido los títulos que más te gustan o te han impactado por diferentes motivos…

– Sí, tal cual comentaba, así ha sido. Pero teniendo en cuenta lo que antes señalaba también, que se trata de películas muy poco conocidas por el gran público. Y películas, además, que de algún modo se salen del canon que dicta Hollywood, nunca cine comercial ni convencional.

– Rescatas los más oscuros, olvidados, menospreciados…

– En efecto, es sobre esos títulos que apenas nadie ha visto o conoce sobre los que me interesa escribir, quiero descubrir al cinéfilo joyas olvidadas que merece la pena ver y desempolvar.

– Si tuvieras que escoger entre tres, ¿Con cuales te quedarías? Y ¿Cuál sería tu favorito?

– Todas las que reseño me han gustado, sin duda, de ahí que haya decidido incluirlas en esste libro. Pero si tuviera que elegir sólo tres, me quedaría tal vez con Despertar en el infierno (1971), de Ted Cotcheff, Harold y Maude (1971), de Hal Ashby, y El hombre de mimbre (1973), de Robin Hardy, verdaderas joyitas.

– Pertenecen a distintas épocas, países e idiomas. Recorren tu particular mundo de penumbra. ¿Cuáles son los más extraños y a que géneros pertenecen?

– Extrañas, quizás, Dimorfo (1979), de Rodjara, una fábula delirante sobre el desdoblamiento de personalidad, El hombre anfibio (1962), de Vladimir Chebotaryov y Gennadi Kazansky, bizarra y marciana donde las haya, y El Demonio (1963), de Brunello Rondi, la película en la que se inspiró El exorcista.

– Entre las rarezas españolas rescatas dos películas de mediados de los 60, La llamada, de Javier Setó, y La dama del alba, de Francisco Rovira Veleta.

– Sí, también son de mis favoritas, dos maravillosas y oscurísimas películas made in Spain que apenas nadie conoce y que a todos recomiendo encarecidamente ver.

– Porque no te impones fronteras, te decantas tanto por el cine de autor como por el de ensayo, la serie B o el cine más gore y basura.

– Efectivamente, no me ciño en mi selección a ningún género en particular, aunque sin duda el de horror, en sus diversas vertientes, es el que más he reseñado. Pero también el cine social y de autor, la comedia negra, algunos western, los trhillers psicológicos, la ciencia ficción, etc, etc.

– La década de los 70 nutre este listado, ¿fue realmente un momento decisivo para este tipo de cine independiente?

– Cerca de la mitad de los títulos reseñados corresponden, en efecto, a ese período, que fue decisivo, sí, para el tipo de cine transgresor y alternativo que a mí me interesa. Los movimientos psicodélicos y contraculturales de aquel tiempo dieron lugar a un tipo de cine muy particular y teñido de connotaciones lisérgicas y consignas revolucionarias.

– Dice Juanjo Ramírez en el epílogo que describes las pelis con términos que aluden a una experiencia psicotrópica, lisérgica, alucinógena.

– Sobre todo en los de esta década, finales de los 60 y 70 del pasado siglo, sí. Películas como Psych-Out, de Richard Rush, Easy Rider, de Dennis Hopper, o The Trip, de Roger Corman, por citar algunos ejemplos algo más conocidos, están llenas de alusiones al ácido y otras drogas alucinógenas, y ese era otro aspecto que me interesaba desarrollar en el libro, la influencia de ese tipo de cultura psicodélica en el cine de aquel tiempo.

– Y habla de la huella de “Los Paraísos Artificiales” de Baudelaire… el cine como droga.

– Tal cual apunta muy acertadamente Juanjo en el epílogo: “El cine como droga, como vehículo hacia otros estados de percepción mental. La experiencia audiovisual como mecanismo para alterar la conciencia, para catapultarnos hacia otras dimensiones.” Eso es lo que en muchas reseñas, y en general en el tono de todo el libro, he intentado transmitir y plasmar.

The Adicctión, de Abel Ferrara, por ejemplo, se sumerge de lleno en esos paraísos.

– Muy de lleno, ya lo creo que sí… De hecho, y como suele ser habitual en su cine, de la manera más explícita y subversiva.

– Vamos, que cualquiera que sea consumidor de este cine marginal debería tomar nota de tus recomendaciones… ¿una enciclopedia poética de cine de culto?

– Esa es la idea e intención, sobre todo teniendo en cuenta que para reseñar estas 132 películas he tenido que ver muchos cientos más y quedarme con las mejores, lo cual, sin duda, le facilita mucho al cinéfilo la búsqueda. Hay, también, mucho cine malo o muy malo en este tipo de géneros, y creo que es una ventaja y ahorro de tiempo y esfuerzo poder contar con una guía así. Y también, por supuesto, y teniendo en cuenta que soy escritor, está ese lado literario y poético con que las reseñas han sido concebidas y escritas, la relaciones con libros y escritores que admiro y la forma de trasladarlas al papel. No estamos ante un ensayo concienzudo o crítico de cine, sino ante el diario de cine de un escritor.

– Por último, las ilustraciones del libro son de Álvaro Collar Muñoz, tu sobrino. ¿Encargo o también afición por lo inquietante y maldito?

– Ambas cosas a la vez: sabiendo de su afición por este tipo de cine y literatura, pensé que le gustaría ilustrar este libro, y así fue. Él es diseñador gráfico y la idea le sedujo desde el principio, plasmando su visión en las nueve ilustraciones que acompañan al libro.





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